lunes, 23 de agosto de 2010



Los Viajes de Willy Blog - Día 11

¡Que viaje! ¡Impresionante! ¡No tengo palabras! (me dejé el espasa-calpé en la otra chaqueta)

Recapitulemos: Iba yo tranquilamente en mi zodiac caminito de Cuba tras conseguir la extradición desde los EEUU, y pensaba ya en ese malecón, esos puritos, esos mojitos y esas mulatas cuando de repente... un biruji... un ligero vientecillo que se levanta. Yo, por si acaso, me abrocho el primer botón de la camisa, porque ya sería mala suerte pasar unos días en Cuba resfriao. Pero el viento que se hace cada vez mas fuerte, y para colmo empiezan a caer unas goticas del cielo (humedad del ambiente que pensaba yo)...

... y entonces la veo... Cuba... jo, que ilusión me hacía a mi venir. Y distingo a lo lejos a unas personas saludándome efusivamente (ahora pienso que "demasiado" efusivamente), así que yo, como soy muy educado entre otras cosas, pues les grité: ¡¿Qué pasa chiiiico?! (El acento lo aprendí viendo "vampiros en la Habana" unas veinte veces)... Pero algo raro ocurrió. Porque cuando expulsamos aire vocalizado por nuestras cuerdas vocales con la lógica intención de ser escuchados por un interlocutor moderadamente cercano, lo normal es que nosotros también nos oigamos... pero yo no escuché nada, ni una maldita palabra, solo un murmullo que iba en aumento... a mis espaldas... cada vez mas fuerte... me giro y... ¡¡COOOOÑO!! ¡¡UN HURACAN MAS GRANDE QUE LA CUENTA CORRIENTE DEL PRESIDENTE DEL BANCO SANTANDER!! ¡Ni corto (ni mucho menos perezoso, no estaba el ambiente pa según que adjetivos) empiezo a remar con lo poco que tenía a mano. Pero nada, no había manera, ya me veía mas hundido que el Córdoba en 2ª cuando de repente... SWISSSS!!! ¡Para arriba que asciendo! ¡El puñetero tornado me estaba absorbiendo hacia el cielo!...

...Sin sangre. Naaada de desesperaciones. Como decía mi abuelo: "Si no puedes hacer nada para cambiar tu situación, acomódate y deja que otro se lleve el mérito" (ahora entiendo porque mi familia es tan pobre) Así que me despedí de Cuba aún sin haberla pisao y me dejé llevar por el huracán Pedro Picapiedra o algo así creo que le llamaron más tarde. Hasta que...

¡Hop! ¡Que caída mas tonta desde 3000 metros de altura! (No me preguntéis como se puede sobrevivir a eso, yo estaba durmiendo) Y aparezco... ¿En dónde? ¡En Groenlandia! ¡Hasta aquí llegó el huracán y cual cigüeña preñada con 32 años de retraso me dejó aquí plantao! ¡Un frío!.. Muy bonito, eso si... ¡Pero un frío de la ostia! Y encima yo que todavía iba con el pijama naranja cortesía de las instituciones penitenciarias Estadounidenses. Suerte que por allí pasaron unos muchachos muy simpáticos con trineos y todo que amablemente se ofrecieron a llevarme a la población mas cercana...

¿Y a donde será?

1 comentario:

  1. okaaaaaa... pasastes frio chiquitin?? comistes carne de foca? compartistes cama con alguna nanuik?

    ResponderEliminar